Un año más, 31 de octubre, llega Halloween, la noche de las brujas. Una fiesta cada vez más celebrada. Y es que hace unos años poca gente se disfrazaba o hacia algo especial en la noche más terrorífica del año.
Poca gente conoce el origen de este día. Muchos piensan que es una fiesta americana que cada vez tiene más adeptos en Europa. Pero en realidad tiene su origen en un culto llamado Samhain, una festividad pagana que los celtas celebraban para conmemorar el final de la temporada de cosechas, dejando atrás en verano y dando comienzo a los días más cortos del año. Samhain es considerado como el año nuevo celta, que comienza con la estación más oscura del año.
Durante la Noche de Brujas la puerta entre el mundo de los muertos y los vivos quedaba abierta y los espíritus podían deambular libremente. En esta mágica noche, los muertos y los vivos tienen la oportunidad de comunicarse. Además, los celtas dejaban comida en la calle a modo de ofrenda y encendían velas para ayudar a las almas atormentadas a encontrar su camino.
En el siglo VIII el papa Gregorio III cambio la fecha del Día de todos los santos al 1 de noviembre, en un intento de cristianizar Samhain. Y lo cierto es que a raíz de este cambio se mezclaron las tradiciones cristianas y paganas.
Hoy en día la tradición es utilizar disfraces de terror y acudir a fiestas de esta temática. Contar historias de miedo y pedir caramelos por las casas es otra opción. A fin y al cabo lo que se busca es pasar un buen rato entre amigos.
Pero esta noche nos puede servir como crecimiento personal y evolución espiritual. Es la época del año en que hacemos una pausa para reconocer la importancia de la muerte en el ciclo de la vida y en nuestro propio viaje espiritual. En esta época de otoño es momento de hacer introspección, mirar hacia dentro y sentirnos en paz con nuestra vida interior. Haz las paces contigo mismo y no juzgues nada de lo que se te ocurra. Solo siente lo que necesites sentir y observa.
Samhain es la temporada de muerte que deja espacio a la nueva vida. Aquí es donde dejamos atrás las cosas que hemos superado y observamos las nuevas posibilidades que tenemos por delante.
Esta noche ademas, coincide con la luna en cuarto menguante, momento en el que la luna disminuye de tamaño. En esta fase sacamos nuestras conclusiones finales. Toca reflexionar, relajarse y dejar ir todo aquello que ya no nos sirve. Este es un momento perfecto para hacer limpieza y romper con los malos hábitos.
Podemos aprovechar para meditar, escribir nuestras reflexiones, apuntar en un papel lo que queremos dejar atrás y quemarlo, darnos un baño de sales y llenarnos de energía positiva. Para ello podemos usar velas, aceites esenciales, cristales o incienso, que nos ayudaran en nuestro ritual.
Cierra este ciclo y piensa como quieres que sea el siguiente.
Y recuerda que esta es una noche poderosa y mágica.
¡¡Feliz Samhain!!
¡¡Feliz Halloween!!
¡¡Feliz noche de Brujas!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario